por Amalia N. Mattio
Por más de 200 años las mujeres han tenido un rol importante en la sociedad aunque en los libros de historia no lo reconozcan.
La participación de las mujeres dentro de la vida política, está estrechamente ligada al ejercicio de sus derechos pues las luchas para lograrlo han sido constantes.
Desde las primeras batallas para lograr el voto hasta los actuales esfuerzos concertados en todos los países del mundo para establecer cuotas y reservas a fin de aumentar el número de mujeres elegidas como representantes, las mujeres han tenido un fuerte interés en la democracia.
La democracia requiere que se escuchen sus voces y los intereses de los ciudadanos y que se delibere y legisle al respecto. Las mujeres constituyen la mitad de la población mundial, y, por ende su voz debe ser escuchada en el proceso democrático.
La democracia necesita a las mujeres para preservar su autenticidad y las mujeres necesitan la democracia para cambiar los sistemas y leyes que les impiden y le impiden a las sociedades en su conjunto lograr la igualdad.
Por lo que si no existe una política plena y equitativa no puede haber una verdadera democracia. Ahora bien si hablamos de democracia debe existir igualdad plena, en todos los ámbitos sociales, políticos y económicos. Las mujeres desde principios el siglo XX lucharon por ejercer su derecho al voto y a una equidad política.
La lucha ha sido constante para que exista o se dé una verdadera transformación social y política en la que ella pueda ser partícipe de los mismos derechos que el hombre. El rol político hasta hace poco, era machista o excluyente, debido a que no permitía la participación de la mujer.
La mujer ha sufrido desde los inicios de la civilización, un trato discriminatorio en todos los ámbitos de la vida pública y privada. La participación política ha sido uno de ellos, en donde antiguamente se consideraba que la mujer no poseía las capacidades mentales suficientes para emitir su opinión referente a asuntos públicos, ni mucho menos formar parte de la vida política de los países; existía la creencia generalizada de que las mujeres no eran aptas para trabajos intelectuales, solo debían dedicarse a las labores del hogar y por ello se les negaba la oportunidad de una educación….
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