por María Susana Césari
La situación de la mujer en el mundo laboral a partir de 1950 es la suma de elementos heredados y de cambios introducidos paulatinamente. Con el paso del tiempo, las normas referidas al trabajo de la mujer han ido evolucionando, de manera que la situación en la que vivía la mujer, en la cual sólo estaba dotada para la maternidad, la lactancia y otras tareas relativas al hogar, duró hasta que el contexto de la post- guerra, la firma de acuerdos y la aprobación de leyes, comenzaron a promover acciones que favorecieron la situación de la mujer. Entre ellas, la Convención Nº 100 de la OIT (1951) que se recogió en el Artº 119 del tratado de Roma (1957) que llevaba como lema igual salario a igual trabajo.
Ya en los años setenta se estableció el principio de salario igual a trabajos de valor comparable. En España la Constitución de 1978 indicó en su artículo 14 el principio general de no discriminación, entre otras causas, por razón de sexo. Otro artículo que cabría destacar es el número 35, que reconoce el derecho al trabajo, a su libre elección y a su remuneración, sin que pueda existir discriminación por razón de sexo. Las normas referentes al trabajo por cuenta ajena de la mujer, se contienen en la Ley del Estatuto de Trabajadores (ET) de 10 de marzo de 1980.
Entre los cambios que han afectado a la mujer durante este período es importante señalar:
1. Los relacionados con su estado civil y el reparto de edad.
2. El traslado de efectivos de unas ramas a otras.
3. La evolución de las ocupaciones a tiempo parcial y los contratos temporales.
4. La significación otorgada a la carrera profesional.
Mujer y sindicato
En nuestro país, la mayor parte de los derechos de los trabajadores – vacaciones, aguinaldos, mejores condiciones laborales, jubilación e indemnizaciones- se incorporaron por primera vez en la Constitución de 1949, que tuviera muy corta vida y fuera desconocida por el Gobierno de facto que siguiera al del General Juan Domingo Perón.
Las organizaciones sindicales son de vital importancia en la vida de los trabajadores, como instrumento fundamental de lucha en la afirmación de sus reivindicaciones. Los sindicatos tienen garantizado concertar convenios colectivos de trabajo, pueden recurrir a la conciliación y el arbitraje, tienen derecho a huelga y garantías para cumplir su misión. Son, en resumidas cuentas, la herramienta más eficaz y poderosa para la defensa de los derechos colectivos frente al capital.
¿Cómo ha sido la historia de la participación de las mujeres en la vida sindical argentina?
Debemos partir de la base de la baja sindicalización de la mujer. Esto sin duda está vinculado al gran esfuerzo que representa para la mujer trabajadora la doble jornada que implica el trabajo de la casa y el trabajo asalariado. Esta misma situación dificultó la toma de conciencia acerca de la responsabilidad hogareña por parte de los hombres, ya que nos vimos inmersas en el mundo del trabajo asalariado sin previo aviso...
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